Es en noches como esta…
Sin
luna, sin hombres.
Cuando desde el desván
de la
maldición de la libertad
Caen ángeles
sin escrúpulos,
A jugar
con la soledad
y
aterrarnos con la realidad.
Así el
cansancio se siente en las venas,
Que
como a veces ocurre con ríos en la tierra,
Esta
sangre se seca,
Sin
experimentar la licantropía,
Sin
nunca llegar a ver un tocadiscos.
El
cementerio está lleno de utópicos huesos,
Que
el dolor carcome.
Sin
esperar siquiera una pasajera esperanza,
De
recobrar tu propio corazón.