Enciende aquella vela que en ti habita,
escucha el fuego que lentamente quema tu cuerpo.
Siente la dulce fantasía de apretar tus labios con los míos.
Fatal son tus hipnotizantes palabras,
el recuerdo de tu perfume.
Y esa sonrisa… tan fatal como precisa.
Perecen aquellos labios temerosos,
de aquél que, como tú, no arriesga, no vive.
Debajo de las sábanas existe un enigmático mundo,
fascinante, peligroso, apasionante.
¿Qué esperas para perderte en él?
Dulce flor que baila con el viento,
cuyas enaltecedoras espinas,
anuncian una ardua travesía.
No estimules el sinsentido,
no exageres con el orgullo,
deja que los pétalos se estremezcan con el rozar del viento.
escucha el fuego que lentamente quema tu cuerpo.
Siente la dulce fantasía de apretar tus labios con los míos.
Fatal son tus hipnotizantes palabras,
el recuerdo de tu perfume.
Y esa sonrisa… tan fatal como precisa.
Perecen aquellos labios temerosos,
de aquél que, como tú, no arriesga, no vive.
Debajo de las sábanas existe un enigmático mundo,
fascinante, peligroso, apasionante.
¿Qué esperas para perderte en él?
Dulce flor que baila con el viento,
cuyas enaltecedoras espinas,
anuncian una ardua travesía.
No estimules el sinsentido,
no exageres con el orgullo,
deja que los pétalos se estremezcan con el rozar del viento.