De ti probé un nuevo sabor,
Intrínseco de tu esencia.
Sabor tristemente compañero del orgullo.
Del miedo y de la mediocridad.
Ven conmigo, a vivir en aquél castillo.
Es cierto, el adiós estaba lleno de veracidad;
Sin embargo, ven conmigo.
Llamas de ansiedad cubren tu cuerpo, lo sé.
¿Crees poder alcanzar la paz sin quemarte?
Es ridículo pensar en tu insaciable mirar,
O en la posibilidad de cambiar…
Tenía razón, perpetuaré el adiós.
Sabor que encanta,
Sabor que no quiero volver a probar.
No, no vengas conmigo.
Intrínseco de tu esencia.
Sabor tristemente compañero del orgullo.
Del miedo y de la mediocridad.
Ven conmigo, a vivir en aquél castillo.
Es cierto, el adiós estaba lleno de veracidad;
Sin embargo, ven conmigo.
Llamas de ansiedad cubren tu cuerpo, lo sé.
¿Crees poder alcanzar la paz sin quemarte?
Es ridículo pensar en tu insaciable mirar,
O en la posibilidad de cambiar…
Tenía razón, perpetuaré el adiós.
Sabor que encanta,
Sabor que no quiero volver a probar.
No, no vengas conmigo.
1 comentario:
Que lindos los poemas de domingo, este sobre todo.
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