Cariño, sentido de este enamorado suspiro,
¿Encontrarías descanso en un separado camino?
Amanecemos en batalla,
Nos disolvemos en inmortales alaridos,
producto de sentimientos destructivos.
No llores si un día creíste
No llores si un día lograste amar
La perfección no es compañera del alma.
Sin embargo, sí intenté ser yo tu compañera.
No esperaré un mejor final,
No miraré para atrás,
No queda nada en mi interior que lo pueda
soportar.
¿Cómo tú, fuiste tan malévolo?
Confié en ti, en tu interior, en tu honradez.
No sujetaré mi último aliento.
Las paredes deben ser acolchonadas.
Las puntas deben ser retiradas.
Tus reflejos destruidos.
Si no, lo estaré yo.
No busques la salida del cobarde,
Tus mentiras no fueron para mejor,
Y tu abandono fue de lo peor.
Hablas de un adiós,
Llamas a la rendición.
Cuestionas este desordenado amor.
Cuando eres un caos en tu interior.
Ahora que pienso más coherentemente,
me repugnan tus acciones, o eso creía,
también tu fingida sonrisa.
Tus celos inagotablemente inexplicables.
Ahora soy libre pues veo tu rostro,
Tu frialdad, tu injusto obrar.
¿Para qué mierda querría yo tanto dolor?
Aún así, esta es una historia
Que se olvidó de cómo terminar.
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