Disipé lo restante de tu fragancia
Me rendi y me levanté tantas veces cuantas mudaba de humor.
De ira y agresiones a amor y rendiciones.
No me queda más que el cuestionar…
¿es virtuoso el batallar?
¿Qué derechos avasalla mi alma?
¿Podré olvidar quien recuerdo con solo mirarme al espejo?
Olvidar tu mirar, nuestras risas en la madrugada.
¿El rose de tu mano?
Pásame otra botella,
Y un puto cenicero.
Pues de cenizas en la cama,
Ya me sobran los recuerdos.
Casi tan delicioso como tus labios.
Solo me queda encender un cigarrillo más,
Solo uno…
Languida y melancolica resulta la inseparable realidad.
Cruda y cruel.
Y como quema.
Este fuego que me quema por dentro.
Por los besos que no nos daremos,
Las historias que no nos contaremos,
Las contradicciones en las que caimos.
Y aún no nos levantamos.
No es capricho de niña,
Ni fantasia de ninfa,
es solo que ingenuamente te creí.
pensé que podrías probar la inmortalidad.
Que aguantarías ser el personaje de una leyenda.
Que será eterna, pero ya no contigo.
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