Del loquero en la ciudad
De la lágrima vengadora
De la miseria creadora
Del amor en tempestad.
De por vida el destino te sentencia,
Voces, cortes, lágrimas, euforia, ira y traición.
Todos te traicionan.
No te lo tomes tan mal.
¿Por qué le habrías de importar?
Tengo miedo.
Desordenados gritos de desesperación,
Mil horas buscando tu adoración.
Como si siguiera con aquella máscara,
Que podría engañarnos a todos.
Ya me olvidé cómo disimular,
No tengo idea de cómo ser normal.
Ya quisiera andar por este mundo sin tambalear
O poder las leyes y ordenes acatar.
Un día me quité la máscara,
Pensé que estaba en confianza.
Loca te llamaron y solo faltaba atarte.
Y cuando solo querías dormir…
¡Despierta que ya casi es de noche!
¿No es siempre de noche?
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