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martes, 27 de octubre de 2009


Difusos deseos inundan la copa,
y posan,
bajo los labios desorientados,
en busca de tu enigmático sabor.
En el mirar silencioso prevalece,
acompañando un estallido constante de sensaciones,
este ardor incoherente y fatal.
Cual el deslizar de tu mágica y ensordecedora mano,
o el de tu incitante sonrisa sobre mi piel.
Qué gracia causa el disimulo de tu boca,
Díscolo, sugerente, tentador.
Tan tuyo,
Como lo es mi cuerpo bajo las estrellas.

5 comentarios:

Esteban dijo...

Ante todo, este poema a primera vista lo sentí como un pequeño trip, con imagenes y sensaciones transportandome de un lado a otro en una cómoda sinestesia.
Y como siempre, no me canso de decirlo, me encantó el final, muy orgánico, como una cadencia perfecta al final de una frase musical.

Alonso H. C. dijo...

Hola, mucho gusto conocerte.
He venido leyendo tus poemas por una amigo que me paso este blog, y ya desde hace algun tiempo me ha gustado leerte y creo que con este poema te has ganado un merecido reconocimiento.
Felicitaciones, me parece el mejor poema, en mi particular caso, que he tenido la dicha de leer.

Unknown dijo...

muchas gracias, Alonso. Es muy agradable tener lectores que no escriben solo como anónimos jaja. Mandame una invitación para leer tu blog, si no es molestia. Este amigo que tenemos en común, me ha dicho que escribes poemas bien bonitos, surrealistas. Saludos

Daniel Cano García dijo...

Hay algo en este poema que crea como una armonía que va y viene verso tras verso. Tal vez es redundante porque ya lo han dicho antes pero noto que la musicalidad en tus líneas se ha convertido en un reflejo involuntario y eso es realmente ventajoso y complicado de lograr. Muy interesante Matilde =). Me verás volver a tu blog más de una vez en adelante mientras yo empiezo a tomar en serio el mío.

Unknown dijo...

Dani, es cierto lo que dices, la musicalidad en las palabras es bellisimo. Gracias por decir que he logrado lo que me propongo en cada poema. Saludos,
Matilde.